Hacía más de un año que no me "enfrentaba" al público con mi libro. Ello te hace reavivar dudas de si lo harás bien, si sabrás transmitir el mensaje o, simplemente, vocalizarás correctamente o te quedarás en blanco en algún momento. El hacer estas cosas de "allá pa cuando" es lo que tiene.
Luego está la eterna duda: ¿y si no viene nadie? Es un riesgo asumido cuando no eres conocido y el tema de tu libro, pese a que el medio ambiente interese, no está abiertamente en el "candelero"
Pero por otra parte yo lo tengo muy claro: quien venga, sean más o menos, quien se interese por lo que tienes que decir, por tu trabajo, merece todo el esfuerzo para que la charla, el encuentro, salga lo mejor posible.
Este 5 de abril a las 7 de la tarde en la librería Serendipia, con un tiempo que ni pintado para lo que se iba a tratar -una tarde invernal, con mucha lluvia por la mañana, frío por la tarde y hasta un poco de granizo o agua-nieve... ya casi normal en la locura de clima que estamos creando- las cosas empezaron muy bien al llegar a la librería y ver el sumo cuidado con que los responsables de la misma habían preparado todo, más allá de lo correcto para que las cosas salieran bien, con un evidente interés porque tanto el autor como quienes asistieran disfrutaran de la tarde.
Y sí, fue gente, poca pero suficiente para que, además de explicar la estructura y contenidos del libro lo más sintéticamente posible pudiéramos hablar, responder dudas, hacer reflexiones en voz alta... Con alguna que otra, un día de estos publicaré un artículo en este blog, ahora que vamos a estar de elecciones.
Es vital que sigan existiendo librerías, para estar en contacto directo con los libros, con su olor y su compañía -no es posible sentirse solo en una librería, se oía en la película La librería, de Isabel Coixet- y para que las personas puedan juntarse en ocasiones como éstas, transmitirse conocimientos viéndose las caras, reflexionando en común.
¿Para cuándo la próxima? Espero que pronto. Los libros tienen vida propia en momentos así
¡Enhorabuena por tu libro!
ResponderEliminarMe alegro que el mensaje de tu libro siga extendiéndose como mancha de aceite, imprescindible para poder dejar de utilizar la inteligencia individual de manera estúpida.
ResponderEliminarGracias por tu libro y tus ganas de transmitir el conocimiento para evitarlo.
Un abrazo, Lola