domingo, 15 de enero de 2023

Libros que se leen con una sola mano. La salud planetaria

¿Otro libro sobre el planeta y el medio ambiente para ponernos mal cuerpo? Bueno, hablando del planeta y de salud, eso parece inevitable, pero no tienen la culpa ni Fernando Valladares, ni Xiomara Cantera ni Adrián Escudero, las científicas del CSIC que lo han escrito, sino todas las personas que, entre otras cosas, ignoran lo que dicen estos libros.

Veámoslo de otra manera: sí, es un libro que pone mal cuerpo, pero con el que podemos reaccionar porque nos dice muchas verdades muy interesantes y maneras de cambiar esa realidad... siempre que no prefiramos dejar de leerlo y sumergirnos en las insulsas frivolidades que tanto les gustan a tantos medios de comunicación. Porque será difícil encontrar en un volumen de menos de 140 páginas tanta información útil para saber y actuar como en "La salud planetaria" que, para empezar, abre refiriéndose a la "ruptura del equilibrio planetario", algo que puede sonar raro -aunque las tres palabras que lo componen lo explican muy bien- y sobre lo que la comunidad científica viene advirtiendo desde hace 50 años. No se trata -solo- de si van a aumentar mucho las temperaturas, sino de que estamos descontrolando todo y eso, sencillamente, está teniendo -no lo dejemos todo para luego- y tendrá consecuencias: 1-catastróficas -que quiere decir miseria, sufrimiento y muerte para mucha gente- y 2-incontrolables -que ni la ONU, ni el BCE, ni Estados Unidos, China ni el mismísimo MIT, podrán resolver.

No contentas, las autoras, a renglón seguido lanzan la pregunta del millón sobre la que yo hablo tantas veces: ¿por qué nos da igual? Y, brevemente, lanzan tres respuestas: la inercia humana a seguir haciendo lo que estamos haciendo -pachorra, si se me permite el vulgarismo-, el capitalismo, que lo fía todo a un crecimiento ilimitado dentro de un planeta limitado -"ansia viva", que diría el sabio personaje del humorista José Mota, la Blasa- y que la naturaleza es lenta pero persistente en sus procesos y nuestra especie no se percata fácilmente de sus cambios -lo que viene siendo no mirar más allá de donde acaba la nariz.

Después viene una sucesión de saber que nos empeñamos en desconocer y que -como decía en la anterior reseña de un libro que publicaba aquí- debería darse desde los primeros días de escuela: lo vital que es para la Humanidad conservar la biodiversidad -eso que no acabamos de entender por lo que, se deduce, tampoco será muy importante-, cómo las extinciones nos hacen más vulnerables, la relación directa entre salud planetaria y la salud de cada cual, los perniciosos abusos que se están cometiendo en la agricultura, el olvido de uno de los bienes más preciados (el agua) y un largo etcétera que me hubiera gustado haber comentado pero que hubiera hecho interminable esta reseña que, sobre todo, lo que busca es que se lea este libro, se reflexiones sobre lo que dice, se actúe en consecuencia... pero ya, no mañana.

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