viernes, 17 de junio de 2022

Résumé traduit en français de l'article Transition « verte » et « juste » Que fait-on de l'Afrique?

Résumé traduit en français de l'article

Transition « verte » et « juste » Que fait-on de l'Afrique?

publié le 12 juin 2022 sur le blog medioambienteporti.blogspot.com

par son auteur, Julián Gómez-Cambronero Alcolea (España)

 

Pendant de nombreuses décennies, le Premier Monde a consommé sans mesure, voire en les gaspillant, des combustibles fossiles - le charbon d'abord, puis aussi le pétrole et le gaz - alors que, aussi, depuis de nombreuses années, on sait que cette consommation nous a conduit à une catastrophe planétaire , en raison du réchauffement climatique et du changement climatique provoqués par les gaz émis par ces carburants. Une grande partie du développement du premier monde a été grâce à cette consommation effrénée.

Pendant ce temps, le continent africain a vécu plongé dans une misère qui, malgré quelques améliorations, maintient le peuple africain dans une vie sans avenir dont il semble impossible de sortir.

Jusqu'à présent, le Premier Monde n'a pas accordé beaucoup d'importance aux dommages causés par le changement climatique, car il ne l'a pas affecté directement, alors que dans le Tiers Monde, il a causé de grandes souffrances. Mais maintenant que les États-Unis, l'Europe et d'autres pays riches en souffrent dans leur propre pays avec des conséquences de plus en plus graves, ils ont décidé que les émissions mondiales de CO2 devaient être considérablement réduites.

Mais, si nous voulons réduire les émissions de CO2 à l'échelle mondiale, qu'advient-il d'endroits comme l'Afrique qui, avec 1,3 milliard d'habitants, émet moins de 4 % du total de CO2 de la planète entière? Faut-il imposer les mêmes réductions au continent africain pour atteindre le « 0 émission » alors qu'il n'est pas responsable de la catastrophe vers laquelle nous nous dirigeons?

Le développement économique implique inévitablement une forte consommation d'énergie. Sans cette consommation, les Africains ne sortiront jamais de la misère et, bien que l'Afrique semble avoir de grandes possibilités de développement des énergies renouvelables, elle devra recourir à d'autres types d'énergies pour en finir avec le sous-développement.

Prenons l'exemple de la République démocratique du Congo, un pays qui fait cinq fois la taille de l'Espagne et quelque 100 millions d'habitants, aux premières places mondiales en termes de pauvreté, de malnutrition ou de maladie. Chaque habitant du Congo émet en moyenne 115 fois moins de CO2 qu'un habitant de l'Espagne, d'une part parce que les gigantesques fleuves du bassin du Congo et la biomasse dominent la production d'énergie dans le pays... et d'autre part parce qu'un seul habitant sur cinq du RDC ont accès à l'électricité. De plus, avec l'énergie dont elle dispose, la RDC ne peut pas transformer l'énorme richesse naturelle dont elle dispose et sa principale valeur va à l'étranger.

Que fait-on de la RDC, que fait-on de l'Afrique? Leur disons-nous qu'ils ne peuvent pas émettre plus de gaz à effet de serre parce que nous avons émis des millions de tonnes pour vivre bien mieux qu'eux? Freinons-nous leur consommation d'énergies fossiles sans lesquelles ils pourront difficilement sortir de la misère alors que nous les avons gaspillés pendant des décennies?

La solution ne peut pas arriver non plus parce que l'Afrique déboise ses forêts ou brûle tout le charbon, le pétrole et le gaz qu'il y a sur le continent, car cela causerait aussi d'énormes souffrances à son peuple à moyen terme. La seule solution serait sûrement qu'une grande partie des réductions d'émissions de CO2 que l'Afrique doit faire soient faites dans le premier monde, dans le monde développé, mais, en réalité, ce qui pourrait finir par arriver, c'est que le premier monde, pour survivre dans les décennies à venir, se réapproprier les richesses de l'Afrique, soit par achat, soit par la force.

domingo, 12 de junio de 2022

Transición "verde" y "justa" ¿Qué hacemos con África?

Desde hace muchas décadas, el Primer Mundo ha consumido sin medida, muchas veces derrochándolos, combustibles fósiles -carbón primero, petróleo y gas después- lo que, en parte, ha contribuido a que sea eso, primer mundo en el ranking planetario. Aunque desde hace menos décadas, es mucho el tiempo en el que ese Primer Mundo ha recibido claras y crecientes advertencias -con cada vez más y mayores evidencias empíricas y científicas- de que mantener esa dependencia de los combustible fósiles abocaba inexorablemente a una catástrofe incontrolable por las emisiones de efecto invernadero que producían.

A todo esto el continente africano lleva ese mismo tiempo sumido en una miseria inhumana que, pese a haberse visto suavizada en general y, sobre todo, regionalmente, mantiene al pueblo africano encerrado en una vida sin futuro de la que parece imposible salir.

Hasta hace poco, los daños que producía el desenfrenado consumo de energías fósiles, que provocan el calentamiento global y el cambio climático, se citaban siempre a futuro, a muchos años vista porque en ese Primer Mundo dominante, las catástrofes que ya sufría el planeta eran o menores, o menos evidentes, mientras que los pobres de los "otros mundos" padecían desde décadas atrás sequías, inundaciones, guerras y hambrunas directamente relacionadas con el cambio climático. Esa asunción en el Primer Mundo de la gravedad de lo que pasa y pasará, fruto directo de "bofetadas de realidad" en plena cara por el desorden climático en el que estamos sumidas, ha hecho reaccionar -muy tímidamente- al planeta entero y ha llevado a tomar decisiones y asumir compromisos para cambiar lo que se daba, una transición ecológica, "verde", para, presuntamente, cambiar lo que se está haciendo y como se está haciendo para, supuestamente, evitar el desastre. Y para ello el objetivo principal es "descarbonizar" el sistema, reducir las emisiones de GEI drásticamente a nivel planetario... y de manera que nadie quede atrás.

Pero, si queremos ir reduciendo las emisiones de CO2 a nivel global, independientemente de la aportación que cada uno haya hecho a la acumulación ya irreversible de ese y otros gases en la atmósfera, ¿qué hacemos con los que apenas han contribuido al desastre, lo sufren pero apenas, también, se han beneficiado de sus ventajas? ¿Qué hacemos, por ejemplo, con África? ¿Imponemos la tabla rasa de nuestro intento de "cero emisiones" aunque, con 1.300 millones de habitantes, no representa ni el 4% de las emisiones mundiales?

Inevitablemente el desarrollo económico conlleva un elevado consumo de energía. Sin ella, los habitantes africanos no saldrán jamás de la miseria y, si bien, África parece tener enormes posibilidades de desarrollo de las llamadas energías renovables, sin duda, no pueden ser suficientes en un  panorama de desarrollo -menos aún si el resto del planeta se lanza a producir con energías "renovables", en las que África siempre estaría a la cola-.

Tomemos el ejemplo de la República Democrática del Congo, un país con cinco veces el tamaño de España y unos 100 millones de habitantes, en los primeros lugares de las listas donde la pobreza, la desnutrición y las enfermedades están más arraigadas. Cada congoleño o congoleña emite por término medio 115 veces menos CO2 que un español o una española, en parte porque los gigantescos ríos de la Cuenca del Congo y la biomasa copan la producción de energía en el país... y en parte porque sólo uno de cada cinco habitantes de la RDC tiene acceso a la electricidad. Si de por sí es difícil que el valor añadido de las innumerable riquezas naturales de este país no se vaya al extranjero y repercuta en su pueblo -debido al saqueo legal e ilegal que el mundo entero realiza en el Congo- crear industrias que traten en el lugar de origen los minerales que se extraen o creen un tejido manufacturero que evite una enorme dependencia exterior para bienes de consumo resulta casi imposible por las evidentes limitaciones de energía que tiene el país.

 ¿Qué hacemos con la RDC, qué hacemos con África? ¿Les decimos que no pueden emitir más GEI porque ya lo hemos hecho nosotros por ellos a lo largo de décadas creando el mayor desastre en la Historia de la Humanidad, gracias a lo que hemos llevado una vida mil veces mejor que la suya? ¿Los frenamos en su consumo de combustibles fósiles que, junto a otras muchas cosas, les ayudarían a salir de la miseria, mientras sufren como nadie las consecuencias de nuestra "mala cabeza" durante años y años?

Y esto por no hablar de las famosas "cero emisiones netas" que, si bien no son aplicables a toda África si lo son a la RDC y países de la Cuenca del Congo, sumidero mundial de su CO2 pero, sobre todo, del nuestro.

Obviamente la solución tampoco pasa porque África salga de su miseria generalizada deforestando sus selvas o quemando todo su petróleo, gas y carbón -el 80% de la electricidad producida en Sudáfrica proviene del carbón y es uno de lo mayores emisores mundiales de CO2-, algo que, más pronto que tarde, le costaría muy caro. Pero no podemos ponernos "estupendos" a nivel global con la famosa descarbonización, poniendo el contador a cero a partir de ahora y arreglándolo todo con envío de millones que, en muchos casos, o no serán efectivos o carecerán de valor real.

La solución suena tanto a utopía que resulta arriesgado publicarla siquiera: que el Primer Mundo, desarrollado y causante principal del desastre, asuma, a cuenta de sus propias reducciones, el mínimo necesario de aumento de emisiones de lugares como África... Esto suena más utópico aún cuando, es fácil suponerlo -de hecho ya ocurre-, el Primer Mundo tapará sus vergüenzas -léase carencias- energéticas, mientras pueda, adueñándose  de una manera u otra de todos esos recursos contaminantes que ahora les pedimos no utilizar a los africanos.

 

Este artículo no hubiera sido posible si en el excelente trabajo de Aurora Moreno Alcojor en TRANSICIÓNVERDE Y PROTECCIÓNMEDIOAMBIENTAL. ¿UNA VERDADERAPRIORIDAD PARA LAS RELACIONESÁFRICA-EUROPA?


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