lunes, 10 de enero de 2022

La carne contraataca

La industria cárnica y la ganadería industrial -la que trata a los animales como cosas- tiene miedo de un tiempo a esta parte: las evidencias científicas proclamadas por reputados organismos internacionales sobre los riesgos de consumir carne y sus recomendaciones de reducir el consumo, las continuas evidencias de las indignas prácticas que se realizan contra los animales en muchas granjas y mataderos y las, también, evidencias de la contribución de esta industria al calentamiento global y a la contaminación de aguas y suelos han hecho recular a muchas personas consumidoras de carne -la inmensa mayoría- y reducir o abandonar el consumo de estos alimentos.

No tienen porqué asustarse, no obstante. Pese a que en nuestro país el consumo de carne llevaba descendiendo desde hace unos años, la pandemia lo ha reanimado, a nivel mundial sigue subiendo y las granjas de nuestro país no sólo se ocupan de la producción nacional sino que sirven para cebar animales que luego vuelven a sus países de origen para ser "sacrificados" -¿por qué preferirá la industria cárnica europea ese trasiego hacia España?- o para exportar carne al insaciable mercado chino.

Aún así esta industria y sus adláteres disparan a la mínima ocasión contra todo lo que se mueve en contra de sus intereses, sean opiniones, estudios o leyes. Una de sus dianas preferidas es el actual ministro de Consumo, Alberto Garzón, para ello no reparan en nada, desde manipular declaraciones en otro idioma hasta mostrarse como mártires de una causa que sólo a ellos beneficia. Las recientes palabras del ministro calificando de "peor" -y no mala, como los medios de comunicación, que deberían saber inglés, repiten como loros- la carne producida en macrogranjas -palabras que favorecían los otros tipos de producción cárnica, aunque todos se han echado en su contra- han desatado una campaña a todos los niveles para acabar definitivamente con él.

Veamos los actores principales de esta campaña:

-el presidente en funciones de Castilla y León, en pleno proceso preelectoral. CYL ha pasado de tener 67 municipios vulnerables por contaminación por nitratos en 2009 a 387 en 2020 y casi un tercio de sus pueblos superan los límites de nitratos en agua potable -lo que, por cierto, es perjudicial para la salud humana- Pese a todo, su presidente está más preocupado por las declaraciones de Alberto Garzón que porque, mientras las medidas aplicadas en su Comunidad para solucionar estos problemas han sido insuficientes -y por ése y otros motivos, la Unión Europea llevará a España a los tribunales-, no se dejan de conceder autorizaciones para macrogranjas.

-la "España Vaciada", aunque en realidad han sido algunos supuestos representantes de esa parte de España, porque son muchos otros de la sociedad civil los que se oponen reiteradamente a proyectos de macrogranjas industriales, que apenas crean empleo, liquidan explotaciones más modestas y envenenan el agua de la que tienen que beber los habitantes de la España Vaciada. Quizá los portavoces de esas quejas no están muy lejos de quienes quieren aprovechar ese despoblamiento para rematar esas tierras llenándolas de cerdos y saturándolas de purines, con la falacia del crecimiento económico y aprovechando que nadie mira.

-ganaderos en general que, en mi opinión, mejor harían en vigilar todas las malas artes de parte de sus colegas que desprestigian sus explotaciones poniendo en el mercado carne insípida o que se "evapora" en parte por, sí, su mala calidad o agruparse para que las grandes empresas, como en muchos otros sectores, no acaben definitivamente con cualquier competencia.

-la industria cárnica y los grandes ganaderos, todos ellos profundamente ofendidos por unas palabras pero muy tranquilos por todas las manchas que pueblan la historia de su negocio (clembuterol, antibióticos para el engorde, vacas locas) y, sin duda, perjudican nuestra salud y suben sus cuentas con carne barata. Eso por no hablar de las continuas humillaciones que se destapan sobre los animales de los que viven o la fabricación de engendros desnaturalizados en pos de "fabricar" carne a mansalva.

Como digo, pese a sus miedos, la industria cárnica y la ganadería industrial deberían tranquilizarse. Siempre tendrán para apoyarlos a presidentes de Comunidades Autónomas -Castilla y León no es una excepción- o hasta presidentes del gobierno, empeñados en no cambiar el paradigma de una alimentación insostenible a todos los niveles, aunque contravenga sus supuestos planes de transición energética y lucha contra el cambio climático en la que no cabe seguir comiendo carne como si no hubiera un mañana.



domingo, 2 de enero de 2022

¿Nadie va a hablar del tiempo?

Hablar del tiempo es lo más socorrido cuando se está con desconocidos o conocidos a los que se lleva mucho tiempo sin tratar para iniciar una conversación o superar un momento incómodo. Hablar del tiempo -del clima, de las alteraciones impredecibles e incontrolables al que lo estamos sometiendo con nuestra manera de vivir- debería ser una ocupación habitual, por la cuenta que nos tiene.

Es cierto que en esta fechas navideñas tenemos muchas cosas de las que hablar: del desbocado avance de la pandemia, de los contagios, de la saturación del sistema sanitario, de cómo o con quién comemos o cenamos en las fechas más destacables de estos días pero, ¿y del tiempo no vamos a hablar, no vamos a llevarnos las manos a la cabeza por temperaturas altísimas para la época, ausencia casi total de las necesarias heladas, etc. etc.?

Pues no, o no se habla o se habla como tantas veces: vemos a una meteoróloga anunciando con una sonrisa las navidades calurosas -¿sonreirá igual ante la noticia de un devastador incendio, unas inundaciones que ahoguen a varias personas, unos nunca vistos vendavales que arrasen con todo?-, a gente celebrando el poder estar bebiéndose una caña en una terraza de cualquier lugar de España el 31 de diciembre o bañándose en casi cualquier playa en Año Nuevo... para refrescarse. Cuando lleguen las Filomenas, las sequías o los destrozos de bienes y vidas porque "el tiempo está loco" no nos servirá de nada echarle la culpa a las multinacionales -recurso favorito para limpiar nuestra conciencia en tantos casos- Ni tampoco la fotografía en la playa con el gorro de Papá Noel.

Deberíamos hablar del tiempo... y más que hablar.

"Cobalto rojo", un libro para no mirar hacia otro lado

Hace falta valor para tener una editorial y publicar un libro como Cobalto rojo , que es de esos que te cuentan cosas que no gusta saber, po...