En mi reciente presentación del libro en la Librería Serendipia de Ciudad Real una de las personas que asistía me preguntó de qué manera los poderes públicos podían apoyar las energías renovables, el autoconsumo...
Mi respuesta vino a ser parecida a lo que sigue:
que gobiernos o políticos se comprometan de verdad con soluciones medioambientales sólo puede venir de que la ciudadanía demuestre evidentemente su interés por ellas.
Miles de pensionistas salen con frecuencia a la calle de un tiempo a esta parte exigiendo mejoras en las pensiones... y han conseguido en decisiones y programas políticos poner alternativas a sus peticiones.
Millones de mujeres, sobre todo desde el 8 de marzo de 2018, han salido a la calle a exigir que se acabe con el sistema que las hace ciudadanas de segunda y ahora, salvo alguna excepción, no hay líder político que no se defina como feminista.
Pero... ¿cuántas personas van a decidir su voto el próximo 28 de abril en función de las propuestas medioambientales de los partidos políticos? ¿Cuántas, en los debates de esta noche o mañana, echarán en falta referencias claras y prioritarias a los gravísimos problemas medioambientales que ponen en peligro nuestro futuro y nuestro presente?
Lo advertía en esa misma presentación: "qué poco vamos a oír hablar de medio ambiente en los próximos días" (era 5 de abril)
Y se puede oír hablar en esta campaña de casi todo menos de medio ambiente -aisladas referencias, quizá. Y eso ocurre porque realmente la ciudadanía no está interesada en el medio ambiente... por increíble que pueda parecer.
Los partidos políticos y sus líderes hacen su programas y sus proclamas en función de lo que "vende", de lo que las encuestas les han dicho que puede hacerles ganar o perder votos. Hay más de ocho millones de pensionistas que pueden cambiar su voto por las promesas electorales, hay millones de mujeres que no votarán a un candidato machista o a un programa que no recoja sus justas reivindicaciones.
En el fondo, aunque sea un grupo reducido de personas quien elabora programas y campañas electorales, somos la sociedad quien marca lo que van a contener... y casi nadie va a anteponer el medio ambiente al votar frente a otras cuestiones. No podemos esperar lo que no queremos dar.
Acompaño la valoración medioambiental de los programas electorales realizada por Greenpeace España y el detalle de sus contenidos elaborado por Eduardo Robaina para La Marea, para quien le pueda interesar
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