domingo, 17 de diciembre de 2017

Apuntes para un libro vivo ...y cada vez vivimos más

En mi libro cometo la osadía de hablar del futuro. Sin alejarme muchos años del presente –una reiteración habitual cuando se habla de lo porvenir en cuestiones medioambientales que considero un error- planteo la que se nos viene encima buscando mostrar, como es el objetivo del libro, las maneras en que siendo respetuosos con el medio ambiente éste nos puede resultar fundamental para enfrentarlo.
Lo hago apoyándome en una sencilla operación aritmética que creo que es irrefutable –se basa en datos que casi nadie discute- y efectiva –como he comprobado al contarla en entrevistas o explicando el libro-: cada vez disponemos de menos recursos, cada vez somos más gente para consumirlos y cada vez cada una de nosotras consume más.

Pero leyendo aquí y allá, una excelente manera de mejorar cualquier planteamiento, he llegado a la conclusión de que me dejé un sumando fundamental: cada vez vivimos más… lo que complica más aún la situación.
Obviamente vivir más tiempo es una aspiración natural y su realización un logro que se ha ido consiguiendo a lo largo del tiempo pero aquí simplemente se está tratando de dibujar una aproximación al futuro que nos llega para poder enfrentarlo de la mejor manera posible.
Y sí, no hay duda, cada vez vivimos más años –lo que, lógicamente, implica necesitar más recursos naturales- y el
crecimiento se acelera. Entre 2000 y 2015 la esperanza de vida, de media a nivel mundial, creció en 5 años. Quien naciera en 2015 tiene, en principio, una esperanza de vida de 71,4 años de media; si fue una niña, la esperanza de vida es de 73,8 años y si fue un niño, 69,1 años.

Podemos pensar que ese aumento de la esperanza de vida es algo reservado al primer mundo –Europa, Norteamérica y Japón, principalmente- pero no es así y, en definitiva, cada ser humano nacido en 2015 tendrá la posibilidad de vivir más años que si hubiera nacido en 2000, por lo que la Humanidad demandará más recursos aún para ofrecerle una vida digna. Por supuesto, la esperanza de vida no es igual para todo el mundo y mientras en nuestro país podemos superar los 80 años en el África subsahariana apenas tienen esperanza de llegar a los 60 (1)
Esto último quiere decir que los seres humanos que más agua, carne o energía consumen (2) (3) (4) son los mismos que van a estar más años consumiendo.

En definitiva, mi famosa operación aritmética –famosa al menos para mí- se complica y la necesidad de utilizar bien los recursos que nos quedan o no reducir las posibilidades de seguir produciéndolos –para lo que la protección y conservación del medio ambiente es imprescindible- resulta cada vez más necesaria.


(2) www.ambientum.com/enciclopedia_medioambiental/aguas/el-consumo-de-agua-en-porcentajes.asp

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