Uno de los objetivos -y casi obsesiones- de mi libro es que se deje de ver al medio ambiente como un ente ajeno a nuestra vida, desconectado de lo que nos pasa que, en el mejor de los casos, hay que cuidar y respetar por él mismo. De poco sirven los esfuerzos para conservarlo si no nos damos cuenta de que vivimos y formamos parte de él y, por lo tanto, todo lo que le hagamos, bueno o malo, nos lo estamos haciendo mucho más directamente de lo que creemos.
De la misma manera, mi libro va de problemas y soluciones y uno de los problemas que trata es uno de los mayores de la Humanidad: la pobreza, alimentada en muchos casos, sino casi siempre, por un medio ambiente deteriorado, por una naturaleza sometida a nuestro beneficio particular y habitualmente esquilmada por lo que, conservar el planeta significa luchar contra la pobreza.
Así lo vienen entendiendo varias organizaciones de la Iglesia Católica unidas en la iniciativa "Enlázate por la Justicia" que apoyadas en la Encíclica del Papa Francisco, Laudato Sí, promueve la campaña "Si cuidas el planeta, combates la pobreza", relacionando directamente la crisis social y la ambiental ("no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental") y reivindicando la necesidad de un cambio de modelo económico ("...el modelo de desarrollo económico, basado en el crecimiento del consumo, es insostenible con el ritmo y la capacidad del planeta. Además, genera desigualdad social y quebranta los derechos de las personas más vulnerables, especialmente en aquellos países menos desarrollados que padecen la lucha global por los recursos naturales que son considerados estratégicos")
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