jueves, 20 de junio de 2019

Al hilo de... Gato por liebre

Quien haya leído el libro o siga este blog tendrá muy claro mi oposición a la supuesta alternativa de los coches eléctricos y/o los híbridos, por seguir siendo consumidores de energía y, quizá lo peor, darnos la sensación de que además de conducir, cuidamos el medio ambiente.

Con este reportaje que publica la excelente revista Ballena Blanca, queda más claro aún. Todoterrenos híbridos enchufables de "cero emisiones" -que por ello se benefician de las "gracias" que se conceden en ciudades a estos vehículos como poder circular por toda la ciudad, descuentos en aparcamientos, autopistas e impuestos, acceso al carril BUS/VAO- emiten CO2, incluso en las pruebas de laboratorio, donde se crean unos escenarios "demasiado" teóricos y, por supuesto y más, en la circulación real.

Pero este reportaje recoge otra noticia más grave aún, que no es ninguna sorpresa para cualquier persona observadora que camine por las calles o circule por carretera: cada vez se compran vehículos más grandes -el 44% de las ventas son SUV.
La minoría son eléctricos o híbridos -aquí cabría el autoengaño de "es más grande pero contamina menos"-; el resto, contaminadores natos. 

Este comportamiento hace dudar de que sirva de mucho la enorme y detallada información de la que disponemos sobre el gravísimo problema de las emisiones de CO2, el cambio climático y la contaminación, si hacemos lo contrario de lo que es urgente hacer. 
Saber más no parece hacernos más sabios.


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