Es tiempo de repasar el año que acaba en todo los sentidos y de pensar en qué mejorar el 2020 que entra -los retos... tanto personales como globales.
Curiosamente, pongo en google "retos medioambientales 2020" y no encuentro ninguna publicación destacada que tenga ninguna entrada, mientras si los veo en otros aspectos.
La verdad es que no hay ningún reto específico, ni nuevo ni exclusivo para ese año... Es el cada día lo que tenemos que afrontar y saber que será cuesta arriba, que no será más fácil.
Miro, una vez más, un sitio tan recomendable como Climática para ver cómo cierra el año en cuestiones medioambientales. Repasan en esta publicación las décadas de evidencias científicas sobre el cambio climático y cumbres para arreglarlo. Gran reto es, para cada persona que habitamos este planeta, no ya que los poderes políticos lleguen a acuerdos de verdad, sino que simplemente se tomen verdaderamente en serio lo que está pasando y dejen de mentir sobre su "concienciación e implicación en la lucha contra el cambio climático y por la conservación del medio ambiente", que no es justificable con simples blanqueos -greenwahing se llama- o grandes gestos vacuos.
Con una de las últimas noticias del año, también queda claro el reto respecto a los otros poderes, los de verdad, a los que obedecen o representan, a fin de cuentas, los poderes políticos: los poderes económicos. Las grandes petroleras se fijan en las reservas de Argentina, se titula la noticia y lo dice todo.
Esas grandes petroleras, no me cabe duda, estarán detrás también de negocios de "energías renovables", del coche eléctrico, junto a eléctricas y fabricantes de coches contaminantes. Gran reto, desenmascarar a los poderes económicos, demostrar que ni concienciación ni acción: sólo negocio, con el petróleo que queda, con las "renovables" en alza, con todos los coches, con la venta de electricidad, se produzca como se produzca. Y todo ello, pasando por encima de quien haga falta y anulando lo que haga falta: pueblos indígenas, pobres de todas partes, congoleñ@s, derechos laborales, derechos humanos, derechos sanitarios, democracia...
Pero el tercer reto es el más complicado de todos, aunque el más sencillo, a poco que reflexionáramos unos minutos sobre lo que nos cuentan. Hablan en Climática de 365 días que pasarán a la Historia.
Sí, mucha gente despierta, es indudable; poquísima, con la que está cayendo. Parece que todas las evidencias del mundo, del desastre que hay y el que viene -desastre, esa es la palabra- sólo remueven a una parte pequeña de las personas afectadas. Nos cuesta espabilar, salir del sillón, siquiera hacer algo sencillo, mucha veces pasivo. Nos viene mejor echarle la culpa a otros -políticos, tras cumbres fracasadas; multinacionales, "veinte tienen la culpa de todo"- y gastar en ello la energía que necesitamos para cambiar la situación.
¿Será por retos?
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