Como vengo repitiendo, ni todas las evidencias del mundo ni todas las catástrofes existentes o por existir van a evitar que se saque provecho al petróleo que queda, mientras ésto sea rentable.
(Un inciso para recordar algo que olvidamos a menudo: el petróleo tiene muchísimas aplicaciones en nuestra sociedad actual, más allá de lo relacionado con el transporte o la energía, en muchos casos difíciles de sustituir)
No cabe duda de que el mercado más importante del crudo lo tiene complicado: como combustible para mover coches y camiones. Pero como publica la revista Ballena Blanca a través de eldiario.es, las cabezas pensantes de las petroleras -las que en cualquier momento pueden patrocinar una cumbre climática o abanderar la lucha contra el cambio climático- ya están ideando nuevos nichos de negocio -o ampliar los existentes- sin importar que aumenten un gravísimo problema mundial y anime otro.
Los plásticos, más plásticos, claro, es el nuevo objetivo para seguir sacando petróleo y sacándole dinero.
Un 14% del consumo actual de petróleo es para fabricar la infinidad de plásticos que usamos a diario -que no son sólo bolsas o envases- y se prevé, al disminuir el uso de gasolinas y gasóleos, se convierta en la mitad, duplicándose en 20 años la producción de plásticos.
La fabricación de plásticos supone 900 millones de toneladas de CO2 y no podemos conformarnos con la trampa del reciclaje: un porcentaje elevado de esos plásticos -ya sabemos que muchos se convierten en basura y van a ríos y mares- simplemente acaba quemado, contaminando y emitiendo más CO2.
Pero, como cita detalladamente el enlace que pongo, eso no es óbice para que se esté maquinando un aumento exponencial de la fabricación y consumo de plásticos.
Si bien es indudable que muchos de esos plásticos son prácticos e, incluso, evitan males mayores según tenemos montado nuestro consumo, es fundamental, además de la coherencia ciudadana reduciendo su consumo -sabemos muchas maneras de hacerlo-, la regulación y prohibición de tantísimos plásticos inútiles por parte de las autoridades ... para empezar.
La llamada transición ecológica -que en el nuevo gobierno merece hasta una vicepresidencia- está llena de trampas y, como se dice en mi tierra, "si no es a la entrada, será a la salida", que sigamos consumiendo petróleo sin casi darnos cuenta.
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