TotalEnergies no es ni más ni menos que la petrolera francesa Total -que también ha conocido diferentes nombres a lo largo de su historia- que ha cambió su nombre hace unos meses para teñirlo de verde. Es una de las más importantes de Europa, cuarta en capitalización en la Bolsa de París, con 10.000 millones de euros de beneficio en 2019, etc. etc. que, simplemente, ha cambiado su nombre para hacer negocio también con todo ese popurrí de energías renovables, coche eléctrico, energías limpias, verdes y lo que haga falta. Y subrayo ese también porque no es que vaya a abandonar su principal negocio, el petróleo, sino que lo va a aumentar pero quiere añadir a sus ingresos los de origen "verde"
Continuamos aumentando nuestra producción de petróleo y gas y también estamos trabajando para que nuestros sitios sean más confiables
dicen sin rubor en su página web, donde también explican su decidida apuesta por el gas -emisor, aunque bastante menos, de CO2-, eso sí, buscando que la energía que consumimos sea más limpia. Para ello no dudan en estrechar la mano de dinosaurios africanos como el presidente ugandés Museveni, inamovibles en el poder, para extraer, en un proyecto en torno al Lago Alberto, 230.000 barriles diarios de petróleo a partir de 2025.
En Qatar, TotalEnergies tiene una participación en la concesión que cubre el campo petrolífero en alta mar de Al-Shaheen, uno de los diez mayores descubrimientos de petróleo en los últimos 30 años, hasta 2041. Gracias a sus importantes reservas que ofrecen petróleo de bajo costo técnico, este campo gigante rinde 300.000 barriles de petróleo por día, o alrededor de la mitad de la producción de petróleo de Qatar
Pero no es que la actual TotalEnergies haya desarrollado su negocio durante décadas produciendo petróleo, es que esa producción -como siempre ocurre- ha tenido consecuencias más allá de las letales emisiones de CO2. En 2012, el Tribunal Supremo francés ratificó la sentencia que obligaba a la entonces Total a una indemnización de 200 millones de euros como propietaria del petróleo que transportaba el petrolero Erika, que naufragó frente a las costas de Bretaña y provocó una marea negra que afectó a 400 kms. de costa, las muerte de decenas de miles de pájaros y otros muchos daños.
Como consecuencia de la influencia reiterada de estas empresas a través de sus grupos de presión en Bruselas, las organizaciones firmantes consideran que se ha logrado retrasar y debilitar la acción europea y estatal en términos de políticas climáticas
declaraban estas organizaciones.
Más aún, cinco ONGs y 14 ciudades francesas la han denunciado por "incumplir las obligaciones de vigilancia de sus actividades y las de sus proveedores para luchar contra la crisis climática"
Asistimos, a través de ese anuncio, al enésimo episodio, y quedan muchos, de empresa destructora del medio ambiente que, sin dejar de hacerlo y beneficiarse de ello, se vuelve verde para abrir otra vía de ingresos y mentiras. Juegan, como dicen en el propio anuncio, con que a la ciudadanía, en realidad, no nos importa de donde venga la energía, sino de que sea barata...
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