No es esto malmeter ni poner ruedas en ninguna rueda porque cuando pasan las grandes declaraciones y los grandes acuerdos, como tras la celebración del Año Nuevo en la Puerta del Sol, sólo queda el silencio y los residuos, que alguien se encarga de recoger para que no se vean mientras el foco se traslada hacia otra parte y ya no sabemos ni preguntamos qué se ha hecho de "lo nuestro"
Por suerte, a veces, salen noticias, que desenmascaran a quienes se comprometen a tantas cosas y, con las puertas cerradas, hacen lo contrario. A todos oímos hablar de compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, de abierta lucha contra el cambio climático pero la realidad es que aumenta la producción y consumo de petróleo -y eso que económicamente va siendo cada vez menos "negocio"- hasta un 110% más de lo debido... Ahí es nada. Además resulta que, pese a tanta declaración y palabrería, a la hora de la verdad, cuando la cosa toca al bolsillo, importantes países (Arabia Saudí, por motivos obvios, Australia, por ser el mayor exportador de carbón, Argentina -superexportador de carne de vacuno- Japón y ¡Noruega!- piden objetivos más suaves en la reducción de los peligrosísimos G.E.I.
Buen provecho para quien quiera seguir creyendo en estas cumbres, porque la digestión será muy pesada.
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