Una de las causas que
favorecen el deterioro medioambiental y que provocan una respuesta tan pasiva
de nuestra parte para frenarlo está en que no damos a muchas cosas, mayormente
pequeñas y aparentemente insignificantes, el valor que tienen.
Para ello se mezclan
peligrosamente esa costumbre tan humana de quedarnos tantas veces en lo
evidente, en no pensar ni movernos más allá de lo que tenemos delante y el
desconocimiento y la falta de comprensión de la naturaleza en la que vivimos.
Si conociéramos más
profundamente la naturaleza y como funciona entenderíamos que en ella nada es
insignificante, nada está por estar y cada cosa cumple una función.
Pero de resultas de esa
mezcla no es raro que, por ejemplo, digamos ¿qué importancia tiene una golondrina
más o menos, qué pasa por tirar una pequeña pila de reloj a la basura, se acaba
el mundo por no recoger del suelo unas bolitas de plástico...?
Una
golondrina puede cazar unas 850 moscas y mosquitos al día; como viven en
parejas, si las tenemos cerca, nos librarán de cerca de 2.000 insectos que, en
caso contrario, combatiríamos seguramente con insecticidas que nos costarían dinero y dañarían el medio ambiente y nuestra salud. Así y todo, protegidas como están junto a aviones y vencejos, más de una vez he oído calificar como barbaridad y estupidez el que la destrucción de uno de sus nidos pueda suponer multas. Y la realidad es que en la última década su número ha descendido un 30% (1)
caso contrario, combatiríamos seguramente con insecticidas que nos costarían dinero y dañarían el medio ambiente y nuestra salud. Así y todo, protegidas como están junto a aviones y vencejos, más de una vez he oído calificar como barbaridad y estupidez el que la destrucción de uno de sus nidos pueda suponer multas. Y la realidad es que en la última década su número ha descendido un 30% (1)
Los
componentes de una sola pila de botón pueden contaminar tanta agua como la que
beben 12 personas a lo largo de su vida y una pila alcalina, más de la que cada
una de nosotras beberá en toda su vida. (2)
Afortunadamente
–otra cosa es que sirva de algo- raro es el día que no se publican noticias
sobre la gravedad del uso y abandono de plásticos de todo tipo que como una auténtica
infección van ocupando espacios naturales, ríos, lagos, mares… Dentro de ellos,
los peores quizá sean los microplásticos –incluidas esas bolitas de las que
hablaba- precisamente porque parecen no estar y porque, como impacto inmediato
en nuestra salud, nos los podemos acabar comiendo dentro de un pescado que
previamente lo ingirió. (3)
Como
relataba Ramón J. Sender en un novela El
lugar de un hombre, cada ser humano ocupa un lugar que, independientemente
de la importancia que pueda tener en la sociedad, puede provocar graves inconvenientes si deja
vacío ese sitio. Así ocurre con todo en la naturaleza y el ignorarlo nos está
costando muy caro.
(1)http://www.lavanguardia.com/natural/20180319/441565181538/ecogallego-cuidar-nidos-golondrinas-metodo-natural-prevencion-mosquitos.html
(2)https://www.ehu.eus/es/web/araba/campus-iraunkorra-pilak-eta-bateriak/-/asset_publisher/P36s/content/info_cs_impactomedioambientalpilasybaterias
(3)https://www.eldiario.es/consumoclaro/por_derecho/preguntas-microplasticos-conviene-aclarar_0_703780445.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario