He leído más de una vez que la mejor manera de combatir a las especies invasoras... es impidiendo que entren. Una vez dentro es casi imposible acabar con ellas.
Existen, no obstante, diversas maneras de enfrentarse a ellas, desde medios mecánicos a insecticidas. Éstos, por supuesto, siempre tendrán consecuencias, quién sabe si similares o peores al mal que se combate.
Pero nunca deberíamos olvidar a la propia naturaleza para defenderse a sí misma, si bien no es fácil dada la agresividad o superioridad, por ejemplo en el caso de animales invasores, que demuestran frente a los nativos.
Por ello, se agradece leer que la avispa asiática, otro mal para las colmenas y las abejas -de las que devora parte de su cabeza- puede tener la horma de su zapato no en un producto químico sino en un depredador: el abejero europeo.
Esta rapaz obtiene su dieta sobre todo de avispas y abejorros y existen pruebas de haber acabado con buena parte de las avispas asiáticas de determinadas zonas.
Una vez más la naturaleza, para defenderse y defendernos, nos ofrece soluciones efectivas, gratuitas y sin efectos secundarios.