Las ondas electromagnéticas que producen los teléfonos móviles no suelen estar en la agenda de los ecologistas ni de los médicos. Las pocas advertencias y los pocos estudios que hay al respecto son aplastados por la realidad: un creciente uso de móviles, redes de wi fi que se instalan en parques, bibliotecas, trenes...
No hay límite a unas ondas invisibles y peligrosas que amenazan con saturar el espacio público sin que nos planteemos sus riesgos.
Ningún líder ecologista, supongo, deja de llevar su teléfono móvil en el bolsillo, quizá hasta duerme con él cerca de su cabeza... por si llaman.
Y quien no quiera utilizar móviles o wi fi fácilmente será considerado un bicho raro.
En relación con todo ésto, hace pocos días se publicaba una medición sobre los modelos que emiten más o menos radiaciones. Samsung salía ganador... y la noticia coincidía con el lanzamiento de un nuevo modelo de esta marca. Esto no desacredita el estudio pero hace sospechar de la coincidencia porque, al fin y al cabo, ¿a quien le preocupa eso de las radiaciones? Ni a fabricantes ni a consumidores.
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