En mi libro soy bastante crítico con la actitud de los medios de comunicación frente a los problemas medioambientales -creo que la periodista Anna Grimau lo resumió muy bien en la reseña que hizo para RNE-Radio5-. Pasado ya un tiempo desde su elaboración y publicación, sigo pensando lo mismo y, si acaso, la cosa ha empeorado.
Nos cuentan que viene una ola de calor con mucha antelación, nos dicen que bebamos agua, que no nos pongamos al Sol... En el mejor de los casos, nos informan de todos los desastres, de protestas por su degradación pero, salvo honrosas excepciones, se quedan en lo superficial, en el titular impactante, en la anécdota, a veces hasta divertida, sin aplicar el rigor ni darle la importancia que de verdad tienen estas noticias.
Diría más: tienen una responsabilidad, que incumplen, en poner en la palestra, en difundir, de manera prioritaria por su importancia, la gravedad de lo que está ocurriendo y sus terribles consecuencias -¿imaginamos un seguimiento de la degradación medioambiental similar al continuo machaqueo sobre la investidura, tertulias de expertos incluidas? Imposible.
Entre medias ha surgido hace poco una web especializada en el calentamiento global y el cambio climático,
Climática tiene todos los visos de convertirse en un lugar de referencia, riguroso, denso, para quienes seguimos los problemas medioambientales en serio, y de información, como medio para transformar las cosas, para quienes aspiran a a reaccionar ante lo que pasa.
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