domingo, 9 de agosto de 2020

Apunte para un libro vivo. ¿Qué fue del chapapote de Madrid?


En 2013 el profesor José Luis Olmo y yo publicábamos en internet una pequeña revista, Revista Ecoaula, sobre medio ambiente, naturaleza y ciencia. Me enteré por entonces de uno de esos pequeños -o no tanto- desastres medioambientales que tenemos cerca y pasan desapercibidos. A unos cientos de metros de una importante urbe y en pleno centro de nuestro país se podían contemplar imágenes idénticas a las que nos conmovieron en 1991 cuando el ejército iraquí vertió intencionadamente petróleo en Kuwait y nos recordaba el famoso chapapote del vertido del Prestige en las costas gallegas.


Aquello ocurría en la provincia de Madrid, en Arganda del Rey, era una inmensa laguna artificial llena de toneladas de aceite, proveniente, paradójicamente, de una empresa de reciclaje, que nunca asumirá sus responsabilidades. Aquellos residuos contaminantes ponían en peligro el medio ambiente de la comarca y la salud de sus habitantes y en él, confundido desde el aire con aguas cristalinas, morían miles de aves. Siguiendo mi costumbre, que era también de la revista, acudí a ecologistas de la zona y a instituciones madrileñas y de ambos conseguí sendas entrevistas para, además de informar, conocer las dos versiones. En 2017 también cité este asunto en mi libro, como un ejemplo de todos esos desastres medioambientales olvidados.
Solución complicada tenía aquello entonces y, aunque se está solucionando, largo se fía la recuperación total de la zona. En 2014 comenzaron los primeros trabajos. Actualmente se encuentran en la mitad de la segunda fase, tras incumplirse, como siempre, los plazos. Para 2024 se espera que aquella zona vuelva a la "normalidad", con aves volando libremente y sin más ambiente envenenado del que de por sí aporta nuestra vida cotidiana.

Los detalles de la recuperación se pueden ver, por ejemplo, aquí y aquí, por no abundar en este espacio. Hay una nota positiva: la energía que se está consiguiendo utilizando como combustible todos esos residuos... sin buscar más detalle. La lecciones a extraer... muchas: lo insidiosas que pueden ser "medidas medioambientales", como aquel proyecto de reciclaje celebrado en su día por la prensa; la impunidad que acompaña a quien daña el medio ambiente y la salud, la eterna "responsabilidad subsidaria" de, al final, la ciudadanía, y que los daños que se producen al medio ambiente, en el mejor de los casos, se tardan mucho tiempo en arreglar... Y que la perseverancia de la gente -léase los que denunciaron y pelearon para que esto acabara- también da resultados.

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