sábado, 22 de agosto de 2020

Apuntes para un libro vivo. Todo arde

Son tiempos de desinformación, más aún, sobre muchos temas cuando el coronavirus ocupa casi todo el espacio informativo -hasta el fútbol se tiene que echar a un lado. ¿Es por ello quizá que conocemos este año de muchos menos incendios forestales o porque el ser humano, sin estar confinado, ha limitado voluntariamente sus movimientos?
Es buena pregunta, pero lo cierto es que si acaso nuestra península está escapando al azote anual -y no sólo estival- de incendios forestales, algo que, confieso, desconozco, el mundo cada vez arde más... aunque no nos enteremos. Ya se ha hablado aquí de los recurrentes incendios de Siberia, de la taiga y si la cuenca del Amazonas o del Congo no están generando este tipo de noticias -insisto: no lo sabemos, estamos en manos de los informantes- en otros lugares los bosques arden como si ese Todo arde del título fuera mucho más que un atractivo titular.

El Pantanal, el humedal más grande del mundo, que está en el Matto Grosso brasileño y ocupa también partes de Bolivia y Paraguay, arde, como lo hiciera el año pasado. El motivo está es que el volumen de sus aguas es el menor en los últimos 47 años. Con un 50% menos de lluvias que el año pasado y sus puntos calientes multiplicados por 2,5 veces no extraña que 767.000 hectáreas, de sus 16 millones, hayan sido arrasados ya por el fuego. Pero más grave aún es que esta cifra aún está lejos de la superficie media que se quema cada año. ¿Las consecuencias para el clima del planeta, para nuestras vidas? Ya las iremos viendo.

Pero no es Sudamérica la única que arde sin importar demasiado. Alguien parece haber decidido a no informar o informar poco de otros terribles incendios en el país más poderoso del mundo -aunque incapaz de controlarlos, como a la pandemia de coronavirus- California arde desde hace días debido al calor veraniego -no diremos ola- con diferentes focos que han quemado miles de hectáreas -sumarían unas 400.000, de momento-, que han hecho huir a personas de sus hogares y que están cerca de lugares tan conocidos como la bahía de San Francisco o Sacramento. Curiosamente, el fuego azota al Estado con más contagiados por COVID-19 del país.

Curiosamente, también, estos impresionantes incendios ocurren, principalmente, en países gobernados por dos de los mayores ineptos en materia medioambiental -y mucho más- que ha dado la política mundial en los últimos años: Trump y Bolsonaro. Desgraciadamente, no son los únicos, ni países azotados por incendios forestales ni gobernados por nulidades en lo medioambiental.

                                                           

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